Hoy quiero presentaros a la Perfecta Prometida, y nuestro primer post de invitados.
Vienen hablarnos de las DIY bodas, o lo que es lo mismo, bodas organizadas y hechas por los propios novios.
Son unos expertos, así es que no dudéis en seguirlos.
Los tiempos cambian
Los tiempos cambian, cantaba Bob Dylan.
En el mundo de las bodas ese cambio se produce a ritmos frenéticos.
Los materiales que se compran para las decoraciones de esta temporada ya no valen para la siguiente.
Los diseñadores renuevan cada año.
Cada día surgen más blogs, foros y cuentas de inspiración en Instagram. Y cuando hablo de esto con mi madre, no entiende nada.
Cuando ella se casó tenía 21 años y lo único que pudo elegir fue su vestido.
De la finca y la iglesia se encargaron mis abuelos y cuando le pregunto por lo demás ella me responde: “¿Qué más?” Un par de fotos en el salón atestiguan que por lo menos hubo fotógrafo.

Fotografía de Estudio Enlaza
Hace poco discutía con una madre en 1001 bodas que le decía a su hija que se estaba complicando demasiado la vida, que en sus tiempos no eran necesarias tantas cosas.
Y es que los tiempos cambian.
Antiguamente las parejas tenían que casarse sí o sí para poder vivir juntos, estaba mal visto lo contrario.
Rebeldes siempre hubo, claro, pero digamos que lo habitual era casarse después de un año o dos de noviazgo y sólo entonces, mudarse al nuevo domicilio familiar.
A día de hoy las bodas ya no son necesarias.
¿Qué ha cambiado?
Vivir juntos sin estar casados ya no es un tabú social.
Muchas de nuestras parejas se han casado después de 8 o 10 años de convivencia, algunos ya con niños que levantan un par de palmos del suelo.
Y si los novios deciden casarse porque simple y llanamente se quieren, lo normal será montar la boda lo más personalizada posible.
Ya no es una obligación, no es un simple contrato, se trata de una manifestación del amor en todo su esplendor.
El tema de los padres es complicado.
Ya en los cursos de Wedding Planner (porque los hay, para esto también hay que estudiar…) nos avisan; mucha mano izquierda.
Porque como profesional uno sabe lo qué está de moda, lo que le pega a esa finca en concreto e incluso los estilos que los novios pueden querer (dos cafés y ya nos vamos conociendo…) pero la boda también tiene que gustarle a los padres.
Uno debe convencerlos de que están en buenas manos, tanto las nuestras como la del resto de los proveedores, que confíen en el fotógrafo, en la florista, en el catering, en la agencia de viajes…
Lo importante es que se relajen y disfruten que para trabajar ya estamos nosotros. Y es que en esta profesión a veces toca hacer incluso de psicólogo…
Las parejas de hoy en día tienen acceso a muchas más información que antes, y no hablo sólo de las redes.
El otro día mi primo me contaba que había tenido 4 bodas de amigos este año en Madrid, y eso que él ahora vive en Londres.
“Es un año flojo”, me decía, “ha habido años que me han tocado hasta 8 bodas”.
Así que, cuando la gente como mi primo por fin se casa, después de haber visto tantas y tantas bodas, después de otear el macro – mercado por los cientos de stands de las distintas ferias, y de mirar páginas y páginas web, surge una idea: “Quiero algo diferente”.
Es algo que oímos habitualmente los que trabajamos en el sector: “Es que lo quiero todo personalizado”.
DIY bodas, y el nuestro club social de novios
Pero, ¿qué saben realmente las parejas de una boda DIY (do it yourself)?
¿Hay vida más allá de los tutoriales de youtube y de las webs?
Así surgió la idea del Primer Club Social de Novios de España (y que sepamos, por ahora, también del extranjero).
Porque hay muchas parejas que quieren organizarse ellos la boda pero no saben por dónde empezar.
“Porque si me pongo en casa no me pongo. Porque quiero hablar con otras parejas que estén en mi misma situación y que comprendan mis inquietudes. Porque mi madre tiene buenas intenciones pero es de otra época”.
Una boda DIY tiene muchas ventajas: primero, y lo más obvio, sabes que nadie más tendrá tu misma boda.
Todo, invitaciones, regalos a los invitados, seating plan, todo, hablará de ti.
Se pueden personalizar hasta los conos de arroz.
Segundo: se puede ahorrar.
Si decides hacer las invitaciones con mensajes dentro de una botella, es tan fácil como empezar a recopilar botellas…
Con hilo de pescar y cartulinas de colores tienes un sin fin de posibilidades.
Vas por la calle y encuentras una maleta antigua, unas ventanas estilo años 50 en un contenedor… ¿Por qué no?
Tercero: y lo más importante, ¡organizar tu boda también puede ser divertido!
Si te gustan las manualidades, claro, y tienes tiempo por delante…
Deja de comer pipas viendo Netflix por las noches y comienza a preparar llaveritos para los invitados, o hacer mariposas de origami para ese pasillo enorme que tienes a la entrada de la finca.
Por cierto, las manualidades también se pueden hacer con Netflix de fondo pero, ¿por qué quedarte sola o solo en casa trabajando en tu decoración?
Invita a tus amigos a que te echen una mano, seguro que conoces a más de uno que son cracks en esto de las manualidades.
Y por supuesto, también tienes nuestro Club, para eso lo montamos, para que trabajes en tu boda pero bajo supervisión.
Para que te relaciones, te diviertas aprendiendo y, puesto que estamos en Malasaña, cuando termines, pues salgas por ahí a tomarte a unas cañas.
Porque los tiempos cambian, pero hay cosas que nunca cambian.
¡Siempre seremos animales sociales!
- Fotografía principal de https://www.estudioenlaza.com