En respuesta a vuestros comentarios y para los que estáis pensando en viajar a Lisboa, tomad nota. No podéis visitar la capital portuguesa sin acercaros a Sintra.
A 30 kilómetros de Lisboa, recostada en la ladera, encontramos la villa portuguesa.
Sus jardines y la casi permanente niebla que la envuelve hacen de ella un lugar místico, ideal para la meditación e inspiración para muchos escritores.
“El único lugar de Portugal en que la historia se hizo Jardín” y donde “la muerte es imposible en el vigor de su belleza”. Así es como Vergilio Ferreiro define esta maravillosa región.
Para llegar a Sintra podéis hacerlo en coche o en tren desde la estación de Rossio en Lisboa, apenas tardaréis 35 minutos.
Podéis recorrerla a pie o si queréis sacar vuestro lado romántico coger un coche de caballos. Aunque si vais en pie podéis ir haciendo parada en alguno de los puntos de interés como el Palacio Real, Vilha Velha o Monserrate.
Os recomiendo que hagáis un descanso en la cafetería Saudade o el Café a Piniquita y probéis las queijadas de Sintra.
Aunque sin duda el “Imprescindible” de esta visita es el Palacio da Pena, a 4 kilómetros de la Villa. El microbús 434 os dejará en la entrada. Desde allí tenéis que andar 15 minutos hasta la puerta principal o coger otro “bus-tranvía” que os ahorra el paseo por un módico precio de 2€.
El Palacio da Pena es el sueño de Fernando da Sajonia, un Palacio de cuento de hadas.
Sintra es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Un abrazo y hasta mañana!
Sofía 🙂
Muchas gracias Sofia! Me lo apunto! Desde luego, que por la foto que tienes del Palacio de Pena, merece la pena ir a verlo!
El siguiente comentario lo mando desde allí. GENIAL!
Un lugar maravilloso para visitar!!! pero será más maravilloso si atendeis a unos consejitos: el primero de ellos es no subir al Palacio da Pena andando, el lugar viene indicado desde abajo del todo y podemos tener la sensación de que está próximo…ERROR!!!! hay una subida solo apta para Alberto Contador, así que o subis en coche o cogeis el bus que sale desde una plazita llena de terrazas a pie de carretera que ha comentado acertadamente Sofía. Una vez en la entrada del Palacio tambien os recomiendo pagar un poquito más y coger una especie de autobus chiquitín que te sube hasta el Palacio, y una vez en él a disfrutar de su belleza. No está de más pillar un teléfono en la entrada que te explica todo de este maravillóso lugar. Otro apunte es no tomar nada en las terracitas que están a pie de carretera(en la zona desde donde sale el autobus que sube al Palacio) como buen sitio turístico y al no tener que fidelizar a los clientes los hosteleros meten unos palos capaces de quitarte las ganas de volver al lugar, teniais que ver la cara que se me quedó cuando me cobraron unos 20 euros por dos recipientes alargados de medio litro de cerveza… una auténtica pena. Sin embargo alejándonos un poquito de este frenesí de turistas y ladrones podreis encontrar lugares para tomar algo y para comer con muy buen precio y con una cocina exquisita.