¡Hola! Una de las cosas que más estoy haciendo en esta cuarentena es cocinar diferentes recetas. Cuando viajo, probar la gastronomía de los países que piso es siempre una de mis prioridades.
Ahora que me paso el día en casa, me he aficionado a cocinar platos de los cinco continentes e imaginar que estoy en esos países. Para ayudar, muchas veces me pongo las cámaras para ver el mundo en tiempo real que os traje el otro día.
Eso sí, como no me considero una cocinera excelente y con la cuarentena no tenemos acceso a alimentos muy exóticos, los platos que estoy preparando son simples y puedes hacerlos perfectamente en casa.
Así que te voy a traer algunas recetas por continente para que puedas viajar con el gusto. ¡Disfruta y cuéntame cómo te salen!
Índice
Europa
Espaguetis a la carbonara (Italia)
La cocina italiana me encanta e Italia es uno de mis países favoritos para viajar en Europa, una luna de miel romántica en Toscana, los canales de Venecia, el Coliseo de Roma…
No podría elegir solo un lugar, pero si tengo que elegir una receta me quedo con la carbonara que probé en Piperno, en el barrio judío de Roma.
Si no lo sabes, la carbonara de Italia es diferente a la española y no lleva nata ni champiñones. De hecho, ni siquiera lleva parmesano, aunque se puede sustituir perfectamente.
Ingredientes (4 personas):
320 gramos de espaguetis (yo los tomo integrales, pero podéis usar los que queráis)
3 huevos (o 6 yemas)
75 gramos de pecorino rallado (si no lo hay en tu supermercado, puedes usar parmesano)
200 gramos de panceta (también podéis usar un paquete de bacon)
Pimienta negra
Sal
Elaboración:
Si has comprado el trozo de panceta, córtalo en pequeños trocitos y fríelo en una sarten hasta que estén dorados. No le eches aceite, basta con su propia grasa. Al sacarlo, ponlo sobre papel de cocina para que absorba la grasa.
Mientras se hacen, bate los huevos o separa las yemas (en Italia se hacen las dos versiones, yo recomiendo que solo lo hagas con yemas si tienes en qué emplear la clara). Si has optado por separar las yemas, bátelas y echa por encima el queso rallado. Mézclalo en una fuente grande.
A la vez, pon a hervir agua en una olla grande, con bastante fondo. Cuando empiece a hervir, echa abundante sal y añade los espaguetis. Cuécelos durante el tiempo que ponga en el paquete.
Una vez que estén listos, cuélalos y échalos sobre la fuente donde tenías la salsa de yema y queso. Sobre ellos echa la panceta y la pimienta (en Italia lleva bastante pimienta, pero esto ya depende del gusto) y mézclalo.
Llévalo a la mesa y trasládate al Trástevere, al Barrio Judío o la Piazza Spagna. ¡Te aseguro que están deliciosos!
África
Hummus (Egipto)
En la actualidad hay muchos países que se disputan la invención del hummus como Egipto, Líbano, Israel o Siria. A mí me gustan todas las variantes, pero hoy te traigo la versión egipcia porque es otro destino al que tengo muchas ganas de volver.
¡Quién pudiera contemplar las pirámides en el desierto! ¡O darse un baño en el Mar Rojo!
El hummus es un plato muy sencillo y lo más importante super sano e increíblemente sabroso. Además, es vegano, por lo que es perfecto para todos los miembros de la familia.
Yo lo estoy tomando mucho cuando hago videollamadas con las amigas. Unos crudités, una cerveza y ¡ya tenemos la noche hecha!
Mucha gente cree que el hummus del Mercadona es insuperable pero yo como no tengo ningún Mercadona cerca de casa comencé a hacerlo casero y ya te digo que está mucho mejor.
Lo bueno de hacerlo tú es que puedes darle el toque justo y hacerlo completamente a tu gusto y solo necesitas 5 minutos y una batidora.
Ingredientes:
1 bote de garbanzos cocidos de 400 gramos (También los puedes cocer tú, aunque yo siempre uso botes).
Zumo de medio limón
Un diente de ajo mediano
1 cucharada de tahini (en su defecto puedes usar sésamo, lo tienes en cualquier supermercado entre los botes de las especias)
60 gramos de agua
Sal
70 gramos de aceite de oliva virgen extra
Pimentón dulce o picante
Elaboración:
La elaboración no podía ser más fácil. Echamos en el vaso de la batidora los garbanzos cocidos escurridos, una pizca de sal, el agua, el zumo de medio limón (importante colarlo), un diente de ajo pelado y la cucharada de tahini o de semillas de sésamo y batimos.
Yo también le echo siempre los 7º gramos de aceite de oliva y en Oriente Medio a veces sustituyen el limón por vinagre, pero la versión egipcia es con limón y a mí me gusta más.
Cuando quede todo hecho una pasta uniforme, lo metemos al frigorífico y en una hora lo tenemos listo para consumir. Hay gente que prefiere sacarlo unos 20 minutos antes de comerlo para que se atempere, pero eso ya depende de los gustos.
Cuando lo sirvas, espolvorea por encima un poco de pimentón (a mí me gusta picante pero el dulce también le va genial) y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Te prometo que no solo viajarás a Egipto sino que lo vas a disfrutar un montón.
Para acompañar en Egipto lo sirven con pan de pita caliente pero si no lo encontráis yo suelo usar crudités de zanahoria. Para ello, simplemente pelamos la zanahoria y la cortamos en bastones.
También podemos hacerlo con pimiento (aunque queda un poco fuerte para mi gusto), pepino (que le da un contraste divertido) o incluso calabacín. ¡O mezclarlos todos!
Asia
Gyozas (Japón)
Japón era otro de los destinos estrella de este 2020 gracias a las Olimpiadas de Tokio. Si te has quedado con ganas de viajar a Japón te traigo esta opción para que por lo menos puedas degustarlo.
Sé que, para muchos, hablar de Japón es hablar de sushi pero la verdad es que el sushi me parece bastante más complicado de preparar y quiero que sean recetas sencillas para todos.
Estas gyozas son un poco más elaboradas que las recetas anteriores, pero siguen siendo bastante fáciles de hacer. Si no conoces este plato, no son más que las deliciosas empanadillas japonesas.
Yo voy a hacerlas de pollo y verduras que son las más habituales en Japón junto a las de ternera y ajo, pero la verdad es que le puedes hacer el relleno que tú quieras. Aquí te recomiendo ponerte tan creativa o creativo como si estuvieras haciendo empanadillas españolas o croquetas.
Ingredientes:
200 gramos de carne picada de pollo (Yo uso filetes de contramuslos y lo pico en casa, pero podéis usar la carne que ya viene picada del supermercado)
Media Cebolla
Cucharada sopera de salsa de soja
Obleas para empanadillas
Sal
Pimienta negra
1 zanahoria
1 puerro
Col china (si la encontramos)
Elaboración:
Cortamos toda la verdura. En una sartén echamos un poquito de aceite y añadimos primero la zanahoria, cuando ya empiece a ablandarse, añadimos la cebolla y el puerro. Salamos para que la cebolla se poche. Podemos sustituir la cebolla y el puerro por col china si la encontramos.
Una vez que las verduras estén pochadas añadimos el pollo picado y lo rehogamos hasta que esté hecho. Lo sacamos, quitamos el exceso de aceite si hay y reservamos en una fuente.
En ese momento cogemos las obleas (valen las típicas de empanadillas de La Cocinera o Buitoni) y rellenamos ligeramente. Lo más difícil del proceso es poner la cantidad exacta, cerrarlas con el doblez habitual de las gyozas.
Es importante recordar que se rellenan por el centro y se cierran por ambos lados, usándose solo una oblea, frente a las empanadillas que se usan dos.
Se puede hacer con las manos, aunque yo recomiendo ayudarnos también de un tenedor y asegurarnos de que estén bien cerradas. Más vale que estén un poco vacías a que sobren.
Una vez rellenas echamos un chorrito de aceite en una sartén a fuego máximo y ponemos las gyozas durante un minuto. Después echamos medio vaso de agua fría y tapamos durante tres minutos.
Tras los tres minutos apartamos del fuego, quitamos la tapadera y ponemos un paño por encima y dejamos cinco minutos que se terminen de hacer con el vapor restante. (Si tenemos una vaporera será más fácil de hacer, pero yo que no tengo las hago así).
Si lo queremos al vapor ya podemos tomarlas, pero lo más rico es pasarlas ahora por la plancha hasta que se doren por la parte inferior como es más común en Japón.
¡Te sentirás como en Gyotako mi sitio de gyozas favorito de Kioto!
América
Me ha costado elegir una receta para recorrer América. En un principio pensé en unas arepas colombianas o venezolanas, que me encanta, o en un ceviche peruano, que también me vuelve loca.
Al final, he pensado que también quería añadir algún plato de Estados Unidos y creo que no hay ningún postre tan popular como la Cheesecake de Nueva York. Como se puede hacer sin horno y es bastante sencilla, yo creo que es ideal si tenemos niños y queremos ponerles a cocinar con nosotros.
Así que en los dos platos restantes vamos a ir por lo dulce (aunque serán dos postres sin levadura, que ya sé que es difícil de conseguir).
Cheesecake (Estados Unidos)
Ingredientes:
1 paquete de galletas María
70 gramos de mantequilla
400 gramos de queso crema tipo Philadelphia
1 brick de nata de 200 gramos
80 gramos de azúcar
1 sobre de gelatina neutra
200 gramos de mermelada
10 gramos de gelatina de limón
Agua
Elaboración:
El primer paso es ideal para hacer con los niños en casa. Hay que picar la galleta con las manos antes de meterlas en la picadora.
Yo suelo usar un paquete de galletas María (de esos que suelen venir tres), pero también he probado otros tipos de galleta y por ejemplo las Yayitas le dan un toque riquísimo.
En el microondas calientas la mantequilla hasta que quede líquida y se mezcla con la galleta picada. No eches toda la mantequilla a la vez, ve echándola poco a poco hasta que te quede una masa uniforme en el molde.
Mete el molde con la galleta en el congelador para que se vaya asentando mientras sigues con la receta.
El siguiente paso es hacer la gelatina neutra. Para ello, sigue las instrucciones que te aparezcan en su caja ya que las cantidades agua pueden variar. Una vez que esté listo, mezcla el queso con la nata, el azúcar y la gelatina y bate la mezcla.
Aunque para hacer la receta estándar hay que usar queso crema, si te atreves puedes añadir otros tipos de queso. Por ejemplo, yo lo he probado con un poco de queso azul y le da un toque delicioso (aunque no sería la cheesecake neoyorquina original).
Una vez lista la mezcla, colócala en el molde sobre la galleta y déjalo en el frigorífico durante al menos cuatro horas hasta que esté totalmente cuajada.
Es el momento de hacer la cobertura. Para ello tenemos que seleccionar una mermelada. Yo suelo usar de fresa, frutos rojos o arándanos, pero puedes usar la que quieras.
Cuando esté cuajada, haces la gelatina de limón y lo bates con la mermelada, lo extiendes sobre la tarta y lo metes al menos una hora en el frigorífico.
Mezcla la mermelada con un poco de gelatina de limón (o neutra si no usas una mermelada de frutos rojos) diluida en agua hirviendo y coloca la mezcla sobre la tarta.
Mételo al frigorífico y en otras cuatro horas aproximadamente estará lista para consumir. Si quieres, puedes decorar con fruta como trozos de fresa o frambuesas.
¡De Nueva York a tu plato en un segundo!
Oceanía
Koko Araisa (Polinesia Francesa)
Esta receta la descubrí en un viaje de lujo a la Polinesia Francesa y me encantó. Aunque su nombre suena muy exótico, es una versión local del arroz con leche que ¡lleva chocolate!
Si te gusta el arroz con leche tradicional, seguro que esta versión con cacao y leche de coco te va a encantar.
Ingredientes (4 personas):
100 gramos de arroz
500 gramos de leche de coco
500 gramos de leche (se puede usar leche de almendras, soja o avena).
1 taza de cacao en polvo
2 cucharadas de azúcar
Elaboración:
La elaboración del Koko Araisa es también muy sencilla. Se hierve el arroz en la leche de coco y la leche entera (o leche vegetal si quieres hacer la versión vegana). A fuego medio, lo dejamos hervir durante unos 45 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.
Si quieres hacer tu propia versión, puedes echarle canela y una cáscara de limón en la leche como si fuera nuestro arroz con leche, aunque en la versión polinesia no lo lleva.
Cuando veamos que el arroz está listo, echamos el cacao y el azúcar, removemos y dejamos que se atempere.
Una vez atemperado, lo metemos al frigorífico, dejamos reposar al menos cuatro horas y, ¡listo!
Este postre puede ser bastante saludable si queremos. Para ello, sustituimos el arroz por arroz integral (tendremos que echarle el doble de leche y hervir durante hora y media) y no echamos azúcar, sino solo cacao de al menos un 70% de pureza.
Al hacerse con leche de coco, el toque tan especial que le da es increíble.
Si te gusta realmente el chocolate está buenísimo, no engordará especialmente y te sentirás en una luna de miel en la playa, aunque estés en el salón de tu casa.
Espero que te hayan gustado estas recetas. ¡Cuéntame si te has atrevido a hacer alguna o compárteme por Instagram los resultados!
Besos,
Sofía