La ruta por el Eje Cafetero en Colombia es una de mis nuevas rutas favoritas. Confesaré que no era una zona en la que hubiera pensado mucho antes, hasta que gracias a la telenovela Café con Aroma de Mujer, cada vez más gente me hablaba de la zona.

Al final, no me quedó otra que ir a verla con mis propios ojos y descubrir qué era lo que resultaba tan fascinante. Para mí es una zona indispensable si vamos a hacer un Colombia en 15 días y si lo unimos a unos días en las Islas del Rosario también ideal para una luna de miel en Colombia, por supuesto con parada en la preciosa Cartagena de Indias.

Este viaje une naturaleza, relax y cultura. Y, para mí, también es una ventaja que sea en un país hispanohablante porque te permite imbuirte mejor de la cultura y hablar con las personas que viven allí.

En otros destinos, incluso si nosotros hablamos un inglés perfecto, muchas veces muchas de las personas con las que nos cruzamos no lo hablan y al final nos perdemos mucho de lo que podrían compartir con nosotros.

En este artículo te he traído 10 cosas que hacer para conocer a fondo la ruta por el Eje Cafetero en Colombia y disfrutar tanto como yo lo hice.

1. Tomar una cata de café

Recolector de café

Es obvio, pero si vamos de ruta por el Eje Cafetero en Colombia tenemos que probar su café. La experiencia normalmente incluye visitar una plantación en una hacienda, para que podamos ver todo el proceso desde que se plantan los primeros granos hasta que llega a nuestra mesa en forma de taza.

En la cata propiamente dicha podremos probar las distintas variedades de café que se plantan en el Eje Cafetero. ¡Te prometo que difícilmente habrás probado un café tan bueno!

Ver además como se realiza todo el proceso, el tostado del grano, etc, me resultó también muy interesante, aunque ya había visitado otras plantaciones en África, el sabor y los matices del café son muy diferentes aquí.

Si eres un amante cafetero, no te puedes perder esta experiencia. Si eres muy fan, incluso te diría que hicieras más de una cata en diferentes haciendas.

2. Disfrutar de las vistas del mirador Alto de la Cruz de Salento

Salento mirador

Salento es, probablemente, mi ciudad favorita de todo Eje Cafetero. Te sentirás como en una película. Sus casas pintadas de colores tienen un encanto único. Y una de las mejores formas de ver Salento en toda su extensión es subir a su famoso mirador.

El Mirador Alto de la Cruz está situado a 1.895 metros sobre el nivel del mar y permite ver todo el pueblo. Sus tejados de teja roja, sus edificios encalados con detalles de colores e, incluso, el Valle de Cocora.

Es verdad que hay unos dos mil escalones para llegar hasta arriba y se puede hacer cansado, pero las vistas merecen la pena. Una botellita de agua fresca, calzado cómodo y subir poquito a poco porque una vez que estés arriba no te vas a arrepentir.

El mirador Alto de la Cruz te permitirá ver Salento desde una perspectiva bastante diferente. Sus callejuelas estrechas ahora no tendrán esos secretos que te esconden cuando las recorres.

3. Hacer un trekking por el Bosque de Palma de Cera

Bosque Palma de Cera

Junto a Salento encontrarás el Valle de Cocora, donde puedes recorrer en un trekking el Bosque Palma de Cera. Se trata de un bosque de la Palma de Cera del Quindío, que es el árbol nacional de Colombia.

La Palma de Cera son, para que nos entendamos, palmeras altísimas que se han adaptado al clima interior de montaña colombiano. Estas palmeras son super finas y pueden alcanzar los 60 metros de alto.

Me pareció muy curioso ver estos árboles que acostumbramos a ver junto al mar en un lugar con muchísima altitud, ya que aquí crecen entre los 1500 y los 3000 metros. El paisaje con las palmeras brotando del valle y subiendo por la montaña me pareció único. No he visto nada parecido en ningún sitio.

Hay diferentes rutas que podemos además por este bosque, pero recomiendo ir siempre con guía. Yo fui con guía y nos encontramos a varios turistas perdidos que se habían extraviado viajando por su cuenta. La señalización es bastante mala, especialmente en algunas rutas, así que o haces un trekking pequeño donde no te alejes demasiado y lineal o te recomiendo ir con un profesional.

Igualmente, decirte que en ese bosque suele hacer unos quince grados de media, así que algo de abrigo se agradece.

4. Jugar al tejo

Cancha de tejo

Si eres de los que disfrutan imbuyéndote de la cultura local, entonces tienes que jugar al Tejo. El Tejo es un juego curiosísimo, al menos yo no he visto nunca nada parecido.

La verdad es que no tengo claro de donde viene, pregunté pero no me supieron decir, simplemente es el juego al que siempre han jugado en la zona. Entonces, ¿cómo se juega?

Pues primero decirte que aquí si que no puedes jugar por tu cuenta. Tienes que unirte a gente que esté jugando porque puede ser peligroso. Yo te recomiendo que lo veas en la Cancha Los Amigos. Es también bar, así que podrás tomarte algo mientras ves jugar.  

El juego consiste en crear mini explosiones. Como lo oyes. Un juego con pólvora. Los locales ponen en una superficie de arcilla unos mini sobres con pólvora. Entonces cogen unos discos metálicos y lo lanzan contra los sobres. Y el objetivo es que explote.

Yo la verdad es que no me atreví a jugar, pero ver jugar a los lugareños me pareció super interesante. Es, sin duda, parte de su patrimonio cultural. Si averiguas dónde está el origen, ¡me lo tienes que contar!

5. Entrar en la Casa de los Colibríes

Colibrí

Dentro del Valle de Cocora, en la Reserva Acaime, un lugar que me encantó (y al que hay que pagar entrada aparte) es la Casa de los Colibrís. Más allá de la casa en sí, que es también un hotel, y al llegar te dan su famoso chocolate con queso (o una aguapanela o un café si lo prefieres) lo interesante es toda la visita por la Reserva.

Por supuesto, hay colibrís que podremos ver si prestamos atención (son unos pajarillos minúsculos), pero también hay puentes colgantes y otros animales. Se trata de una zona con una vegetación más exuberante que la que vi en mi trekking por el Bosque Palma de Cera, aunque esté en la misma zona.

La casa en sí tiene su encanto, pero como te digo de aquí me quedo con toda la experiencia del sendero exterior que a mí me encantó. No me alojé porque yo prefiero hoteles más cómodos, ya que tras hacer trekkings me gusta poder descansar a pierna suelta en una cama de diez, pero también puede ser interesante si quieres dormir en mitad de la Reserva.

Eso sí, solo hay espacio para veinte personas, por lo que se suele llenar rápidamente y hay que reservar con bastante antelación.

6. Encontrar a los monos aulladores

mono aullador colombia

En varias zonas de tu ruta por el Eje Cafetero en Colombia como Filandia o Quindío, si tienes suerte podrás ver a los monos aulladores. O al menos escuchar sus característicos aullidos.

Para tener posibilidades de verlo también recomiendo ir con guía, que saben darte los tips para encontrarlos. Es importante respetar su hábitat y no intentar interactuar con ellos.

Con verlos libremente en la naturaleza, estaremos haciendo lo mejor que podemos hacer con ellos. De hecho, actualmente están en peligro porque los bosques donde viven se han ido fragmentando y ya no puedes ir de un bosque a otro como hacían antiguamente para encontrar comida o reproducirse.

Así que está en nuestra mano disfrutar de ellos de forma responsable y ayudar a que se conserven sus bosques y puedan seguir siendo el animal más emblemático de la ruta cafetera junto a los colibríes.

Por cierto, que todo el Eje Cafetero de Colombia es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Así que cuidarlo es responsabilidad de todos.

7. Dormir en la Hacienda Venecia, escenario de Café con aroma de mujer

Quizá no te suene mucho si te digo Hacienda Venecia pero la cosa cambia si te hablo de la Hacienda Casablanca. La famosa hacienda del super éxito de Netflix Café con aroma de mujer (número 1 en España) se encuentra en Manizales, en plena ruta por el Eje Cafetero en Colombia.

Más allá de la serie, dormir en esta Hacienda merece mucho la pena. Está completamente adaptada para recibir a los visitantes y hacer un montón de actividades de turismo sostenible. Respetando siempre al medio ambiente y dando beneficios a las poblaciones locales, se pueden hacer catas de café, ver todo el proceso de cultivo y comercialización, etc.

La Hacienda tiene proveedores locales, programas de concienciación ambiental con los colegios de la zona, ayudan a mantener las poblaciones de abejas que son cruciales para la calidad de los cultivos y la biodiversidad de la zona, etc…

Y, una cosa que me encanta, tiene distintas opciones de alojamiento según tu presupuesto, desde albergue de mochileros a quedarse en la Casa Principal o el Lodge, que es mucho más cómodo y lujoso. Así, independientemente de tu bolsillo, puedes disfrutar de la Hacienda.

8. Tour por los volcanes del Parque de los Nevados

Parque de los Nevados

Otra experiencia que recomiendo en esta ruta es hacer un tour por el Parque de los Nevados. Se trata de un Parque Nacional formado por varios volcanes que se pueden visitar.

Eso sí, no esperes subir hasta la cima, ya que las rutas van por la zona más baja, ya que la parte alta puede ser peligrosa. Se llama Nevados porque la parte alta está nevada, aunque por el cambio climático, está parte blanca es cada vez más pequeñita.

Aún así, los paisajes que verás son increíbles, a mí es una de las experiencias que más disfruté en esta ruta.

9. Darse un baño en la Reserva Termal de San Vicente

Reserva Termal de San Vicente

La Reserva Termal de San Vicente te ofrece una experiencia completamente mágica. Situada a 2.300 metros de altura, son una serie de piscinas naturales y lagunas termales en los que podrás bañarte y salir como nuevo.

Además, hay un sendero, unas cascadas y otras opciones para disfrutar de su bosque nuboso, que a esta altitud es espectacular.

Pero ya te digo, para mí lo mejor es bañarse. También tiene un hotel si te quieres quedar aquí, aunque yo no lo he probado, así que no te puedo decir si merece la pena.

Lo que si que la merece es bañarse en estos baños, especialmente si hace frío, ya que el agua sale muy caliente y el contraste es increíble. Bañarte ahí, en unos baños termales naturales, en plena montaña, una de esas cosas que no se olvidan.

10. Entrar en las hermosas casas y museos de Salento

Calle de Salento

Ya te dije en el punto número dos que Salento es mi ciudad favorita de la ruta por el Eje Cafetero en Colombia. Así que, evidentemente, más allá de subir al mirador, te recomiendo visitar sus casas y museos.

Hay muchas casas y museos que visitar y son todas de acceso gratuito. El encanto que hay en cada una es increíble, de verdad. Todo está lleno de colores vibrantes que unen con el blanco y que te hace parecer que estás en un cuento.

Yo te recomiendo que al menos te recorras la calle Real, que es la principal, y ahí irás viendo sus casas coloridas y podrás callejear.

Espero que te haya servido para tu ruta por el eje cafetero en Colombia.

Besos,

Sofía

sofia@losviajesdesofia.com

Programa Colombia

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