Hacer un viaje a Túnez es una buena opción si buscamos un destino exótico, pero que a la vez esté cerca de casa y no suponga un gran desembolso económico. Con vuelos directos, en un par de horas podemos pisar la capital del país mediterráneo.
Un desierto tan alucinante como el de Marruecos, escenarios de películas, ruinas romanas, bazares para regatear y callejuelas llenas de encanto son solo parte de los atractivos turísticos de un viaje a Túnez.
Pero esta vez no voy a ser yo la que te lo cuente, sino que tenemos el testimonio de Natalia que nos ha dejado su experiencia y las recomendaciones para un viaje a Túnez tan inolvidable como el suyo.
Antes de empezar con su testimonio, te dejo su itinerario. Recuerda que si buscas algo aún más cercano para este verano también tengo hoteles espectaculares en España. Aun así, echa un vistazo a esta ruta por Túnez, porque estoy segura que te encantará.
Índice
Itinerario en Túnez para 4 días
- Sidi Bou Said – Medina de Túnez – Hammamet: Día 1
- El Djem – Matmata – Douz: Día 2
- Chott El Djerid – Chebika – Kairouan – Port El Kantaoui: Día 3
- Monastir – Sousse – Túnez: Día 4
Mi viaje a Túnez, por Natalia
Llegamos a Túnez y nos alojamos en un hotel cerca del aeropuerto, ya que nuestro vuelo llegaba tarde y sólo íbamos a dormir.
Sidi Bou Said
A la mañana siguiente, nuestra primera parada sería el pueblo de Sidi Bou Said.
Sus fachadas encaladas y las puertas, rejerías y celosías de las ventanas de color azul te hacen pensar que estás en las islas griegas. Esta combinación se ha convertido en la esencia de este lugar convirtiéndolo en un sitio muy instagrameable.
Recorrimos su calle principal, llena de tiendas de souvenirs, donde puedes encontrar multitud de artículos de marroquinería, tejidos o cerámicas.
Al final de esta calle llegas a un mirador, en la cima de una colina, donde se puede ver una panorámica de esta zona costera de Túnez.
Y después del paseíto, hicimos una parada en el Café des Nattes (Café de las Esteras), para tomar un té. Este lugar era el antiguo acceso a la una mezquita construida en el siglo XVIII.
Es verdad que es un pueblo muy turístico, y sobre todo en temporada alta, sus calles se llenan de gente, pero merece mucho la pena visitarlo. Lo ideal es hacerlo a primera hora de la mañana, para poder pasear sin tanta gente.
Medina de Túnez
Después de nuestra visita a este pueblo con tanto encanto, nos dirigimos a la capital del país, Túnez para visitar su Medina. Esta se encuentra en pleno centro de la ciudad y es un conjunto de edificios históricos, mezquitas, cafés típicos y tiendas, todo ello organizado en lo que parece un laberinto.
Para disfrutarla hay que perderse por sus callejuelas. Lo primero que nos encontramos al llegar es La Puerta de Francia o Bab Bhar, acceso principal a la Medina.
En su interior se encuentra la Gran Mezquita Zitouna, o Mezquita del Olivo, la Biblioteca Nacional y Las Tres Medersas, que son escuelas dedicadas al estudio del Corán, preciosamente decoradas con azulejos.
Pero la Medina no sólo es el centro histórico de Túnez, también es su centro comercial. Tras visitar estos lugares y hacer una pausa para comer, dedicamos parte de la tarde a pasear por sus callejuelas en las que te sientes muy a gusto, ya que es más tranquila que otras medinas del norte de África.
Algo que no puedes dejar de hacer cuando viajas a Túnez es comprar y te aseguro que te llevarás muchísimos productos artesanales: cosmética natural, alfombras, cuero… porque además de que son expertos vendedores, todo te parecerá super barato. Eso sí, tienes que regatear.
Si no lo haces los vendedores se ofenderán, así que diviértete y entra en su juego. Yo he de decir que no soy buena regateadora, pero la verdad es que le acabas cogiendo el gustillo.
Hammamet
A media tarde y para terminar nuestro día, nos dirigimos a Hammamet. Es el enclave turístico, junto con Sousse y la isla de Djerba, más importante del país, que poco a poco está intentando recuperar el nivel de visitantes europeos que tuvo antes de finales de 2010, cuando comenzó la Primavera Árabe.
El verdadero atractivo de esta ciudad se encuentra en su Medina, que se encuentra en el centro a orillas del mar. Está amurallada junta a una Kasba del siglo XV construida sobre un primer fuerte del siglo XII.
Tras aparcar el vehículo junto a la playa donde descansan las barcas y redes de pescadores, cruzarás una puerta para entrar en la medina.
Pero esta Medina, no tiene nada que ver con la de Túnez, ya que es residencial y sólo hay tiendas en algunas de las calles.
Durante el paseo entre callejuelas, algunas verdaderamente estrechas en las que tienes que pasar de uno en uno, podrás ver el contraste de las paredes blancas con las puertas de madera decoradas con distintos colores.
Además, algunos rincones están decorados por artistas que residen en la propia Medina y tienen sus talleres-tiendas a la vista del turista.
Y para terminar el día, nos dirigimos a uno de los lugares más emblemáticos de esta ciudad. La terraza del café Bab Sidi Bouhdid, situado junto a la muralla y desde donde puedes disfrutar de un precioso atardecer a orillas del mar.
El Djem
Volvemos a empezar el día tempranito. No tenemos muchos días de viaje y hay mucho que ver. Ponemos rumbo a El Djem donde descubrimos el tercer anfiteatro más grande del Imperio Romano.
Ha sido escenario de muchas películas, como “La Vida de Brian” o “Gladiator”. Hoy en día se utiliza para conciertos, como un festival anual de jazz que tiene lugar en esta ciudad.
Por unos 3 euros por persona, merece la pena visitarlo.
Matmata
Nuestra siguiente parada es Matmata y su peculiar arquitectura. Aquí vive el pueblo bereber, que desde hace unos tres mil años, empezaron a excavar la roca para hacer viviendas.
Como es un terreno compacto, les permite crear pequeñas cuevas, a modo de habitaciones repartidas alrededor de un gran patio central a cielo abierto que actúa como zona común y distribuidor.
Esta manera de construir permite en verano protegerse del calor y en invierno del frío. La mayoría de estas casas trogloditas, como se las conoce, están deshabitadas.
En 1969 hubo unas lluvias e inundaciones muy graves y causaron un desastre humano y material. Esto llevo a crear un nuevo asentamiento, Nuevo Matmata, a unos 15km del antiguo.
Nosotros tuvimos la suerte de poder visitar dos de ellas. La primera de ellas está acondicionada a modo de restaurante, donde comimos un rico cuscus y brick, dos platos típicos tunecinos y en la segunda, sus habitantes nos enseñaron como es su casa por dentro y nos invitaron a un té con menta y pan hecho al estilo bereber, mientras tocaban y bailaban para nuestro deleite.
Para los fans de Star Wars: en este lugar se encuentra el Hotel Sidi Driss, donde se rodaron escenas de la saga, reproduciendo la casa de los tíos de Luke Skywalker.
Douz
Por la tarde llegamos a Douz, que se la conoce como la puerta al desierto del Sahara. Nos esperaba una divertida actividad. Un paseo al atardecer a lomos de un dromedario.
Si no quieres realizar la actividad, la puedes hacer a pie, o en quad.
Sea como sea, ver ese color rosado del cielo en contraste con la arena blanca no tiene precio.
Y lo más divertido de todo, es que te puedes vestir como un auténtico bereber por 5 dinares (un 1,50€ aprox).
Lago salado de Chott El Djerid
Hoy nos esperaba un día muy movidito. A las 04.30 de la mañana nos toca ponernos en pie para ir a ver amanecer al lago salado de Chott El Djerid.
Tras mas o menos una hora de camino llegamos justo cuando empezaba a salir el sol, y aunque hacía frío y el sueño, creo que es de las experiencias más maravillosas de mi vida. Es un lugar mágico.
Aunque en los mapas aparezca como un lago, la cantidad de agua es mínima y depende las lluvias, que suelen ser bastante escasas.
A tu llegada te encuentras una gran llanura con una mezcla de colores, blancos, rosas, púrpuras y verdes.
Es uno de los lagos salimos más grandes del mundo, con una extensión 5000m2. Hace millones de años estaba conectado con el Mar Mediterráneo, pero los movimientos sísmicos de las placas tectónicas hicieron que el lago quedara aislado.
Es muy habitual ver espejismos al mirar al horizonte. De hecho, nosotros pudimos ver uno.
Una carretera cruza el lago salado de Chott el Djerid y permite ver algunos barcos abandonados, puestos como atracción turística, para poder fotografiarlos.
La peculiaridad del paisaje atrajo a Georges Lucas para grabar la primera película de Star Wars (Episodio IV: Una nueva Esperanza).
Oasis de Chebika
Antes de llegar a nuestro próximo destino, hicimos una parada técnica, para que nos recogiera un 4×4, conducido por un bereber que sería nuestro conductor privado del día.
Seguimos avanzando y al final de la carretera nos encontramos con unos de los lugares más visitados e increíbles de todo Túnez, el Oasis de Chebika. Este lugar que nace en las entrañas del Atlas te sorprende.
Encontrar un oasis en medio del entorno que lo rodea, podría parecer un espejismo. Las ciento de palmeras que ves, te hacen pensar como en medio de un paisaje tan árido puede crecer tanto verde.
Y entre la vegetación surgen pequeños lagos y cascadas donde te puedes bañar para refrescarte del calor tunecino.
Por falta de tiempo no nos pudimos dar un chapuzón, pero si tocar el agua cristalina, que estaba a una temperatura muy agradable para ser Noviembre.
Durante tu visita al oasis podrás ver a los Tuareg, uno de los pueblos bereber más conocidos, que se han colocado estratégicamente en distintos puntos del oasis para venderte materiales que se encuentran en el entorno, como la famosa Rosa del Desierto, que por 1 dinar (50ct) te puedes llevar a casa.
No son muy insistente a la hora de venderte nada, cosa que es de agradecer. Nosotros hicimos el tour completo por el oasis.
A la salida, te encuentras con la Cafetería Oasis, ideal para comprar bebida fría y resguardarte un poco del calor. Tomamos un zumo de granada recién exprimido delicioso.
Kairouan y Port El Kantaoui
Nos subimos de nuevo en nuestro 4×4 y aquí es cuando empieza el rock and roll del viaje. Nos vamos directitos a vivir la emocionante experiencia de ir a toda velocidad por el desierto. Es divertidísimo y muy recomendable.
Te hacen derrapar, saltar las dunas… pura adrenalina al estilo bereber, como nos decía nuestro conductor.
Al final de la trepidante carrera que hace que sientas que estás en el rally del Dakar, por fin llegas al alto de una duna, donde no ves nada y al bajarla, te encuentras con uno de los escenarios de las películas de Star Wars.
Si sois fans de la saga, esta parte os va a encantar. Puedes entrar al decorado, que simula el pueblo de Anakin Skywalker, y hacerte mil fotos.
Tras nuestra visita, vuelta a los coches y esta vez, disfrutando de las vistas que nos ofrece el desierto, volvemos a la civilización. Despedimos a nuestro conductor, y volvemos a ponernos en camino hacia Kairouan. Nos esperan muchas horas de viaje en carretera, pero puedes aprovechar e ir haciendo paradas en el camino.
La verdad, es que como estuvimos más tiempo del que habíamos pensado en los 4×4 y el desierto, cuando llegamos a Kairouan, era tarde, y solo la vimos desde el coche. Prometo, que la próxima vez que vuelva, intentaremos hacer una visita un poco más profunda de esta ciudad porque me pareció preciosa.
Kairouan es un centro religioso muy importante, la ciudad santa del islam tras La Meca, Medina y Jerusalén.
Seguimos hasta nuestro destino final del día Port el Kantaoui. Zona super turística con grandes complejos hoteleros de lujo, bares, restaurantes…un lugar para ir de vacaciones y descansar.
De hecho, se le conoce como «la Marbella de Túnez«.
A nuestra llegada cenamos en el hotel y dimos una vuelta por el paseo marítimo de estilo andaluz.
Monastir
Hoy es el primer día de toda nuestra estancia, que nos permitimos el lujo de levantarnos un poquito más tarde. El día anterior fue muy intenso. Por la mañana tranquilamente fuimos a Monastir, situado en la costa tunecina al sur de Sousse.
Es uno de los destinos vacacionales más visitados por los viajeros. Además de largas playas de arena fina y agua transparente tiene un pedacito de historia que nos enamorará.
Visitamos El Ribat, que es una fortificación muy bien conservada. En su interior encontraremos una pequeña ciudad rodeada por una gran muralla con sus torres y bastiones haciéndola impenetrable para los enemigos.
Muy cerquita está el Mausoleo de Habib Bourguiba. En su interior se encuentra la tumba del primer presidente de Túnez, muy querido por los tunecinos.
El Mausoleo es relativamente nuevo, ya que el presidente murió en el año 2000. En el exterior del mausoleo se encuentra el cementerio de la ciudad.
Sousse
Después de comer nos dirigimos a la bella localidad de Sousse. En español a veces se le conoce como Susa, si bien cada vez es más normal usar el nombre original.
Es una zona tranquila, pero con ambiente todo el año. Tiene un largo paseo marítimo con bares y restaurantes, aunque su mayor atractivo es su histórica medina.
Para nuestra última tarde del viaje, decidimos pasear y bichear las tiendas de la medina.
Si no te apetece andar regateando, también tienen tiendas de precio fijo, aunque si vas buscando artesanía de verdad, te recomiendo que no compres en este tipo de tiendas, porque suelen ser copias baratas y no auténtica artesanía.
Nos quedamos hasta bien tarde para hacer tiempo antes de marcharnos al aeropuerto. Nuestro viaje terminaba aquí.
¡Muchas gracias Natalia por compartir tu viaje con nosotros!
¡Nos ha encantado poder revivir tu experiencia!
Y a ti ya sabes que si te interesa este u otro viaje, te lo organizo a tu medida. Echa un vistazo a otros testimonios de nuestros clientes.
¡Espero que viajemos mucho juntos pronto!
Besos,
Sofía
HOLA. VOY A VIAJAR PROXIMAMENTE A TUNEZ Y ME GUSTARIA SABER DONDE RESERVASTEIS EL PASEO EN DROMEDARIO Y LA EXCURSION EN 4X4